1. Quitar el disco de embrague.
2. Controlar la superficie de fricción por si hay decoloración o grasa adherida.
3. Controlar el resorte de torsión por si está debilitado y el remache por si hay aflojamiento.
4. Medir la profundidad entre la superficie de fricción y la cabeza del remache utilizando un calibre a vernier.
5. Medir el descentramiento del disco de embrague con un indicador de cuadrante.
6. Instalar el disco de embrague.