Buenas a todos.
Pues decir que desde 1998 no tenía un gasolina en mi poder, bueno en 2009 tuve durante un tiempo un Renault 4 que me flipaba...sobre todo en curvas porque inclinaba como si fueses en moto, pero no se iba . A partir de ahí sólo diésel con turbo, un Scort, un focus Mk2, un Seat Altea y un Fabia por último. Que ya era momento de jubilar. Llevaba mucho dando vueltas al 3 y cuando lo vi en concesionario ya fue amor a primera vista y por más que veía otros modelos y marcas, algunas con muy buenas ofertas, no pude pasar del Mazda 3. Es el 186 Homura y llevo unos 3 meses con él.
El cambio a sido brutal. Primero en cuanto a la forma de conducir, cambia totalmente respecto a un turbo diésel, pero lo que más es la tranquilidad. El silencio en el habitáculo (en comparación al Fabia) y la sensación que transmite, que te invita a conducir relajado...hasta que estas en una buena carretera de Sierra y andas por las 5 mil vueltas, claro.
En general notas la potencia, no el empujón de un turbo, pero cuando subes de vueltas ves esos caballos ahí.
Ya digo que es una manera completamente diferente de conducir, mucho más movimiento del cambio de marchas, pero en mi caso todo han sido ventajas con el cambio. La diferencia de sonido respecto al diésel es brutal, tanto fuera como dentro. Y el diseño interior me parece de los más bonitos del mercado (omitiendo el dichoso negro piano) y por fuera no tiene rival, en mi opinión.
Lo dicho, no me arrepiento de la elección pese ha haber tenido otras marcas con mejor oferta económica. De momento busco cualquier excusa para hacerle kilómetros y disfrutarlo.
P.D.: Perdón por la chapa soltada