Les relato a continuación el verano sufrido con la reparación de mi Mazda 6 en Moll Motors:
Siempre he estado muy satisfecho de este coche y de la marca por lo bien que funciona y los pocos problemas que me ha dado. Pero el 16 de julio de este verano, subiendo a Barcelona desde el sur de Valencia, se me encendieron los testigos del DPF, motor y coche derrapando.
Llamé a Mazda y me dijeron que no siguiera circulando por lo que llamé a la grúa para llevar el coche al taller Mazda de Gandía, que actualmente gestiona Moll Motors, y ahí empieza mi odisea.
El coche llegó al taller el día 25 de julio, y a los dos o tres días me llaman para comunicarme que le han hecho una regeneración del filtro de partículas (DPF) y ya estaba solucionado. Les comenté que el coche perdía algo de aceite, si lo habían visto, me dijeron que no; lo miraron y me explicaron que era un retén y que había que cambiarlo; pregunté por el coste y me aclararon que entre montar y desmontar unos 600 €. No quería gastar tanto dinero en un coche con tantos años y más de 276000 km, pero funcionaba bien y al final opté por repararlo.
A raíz de esto me comunicaron que también tenían que sustituir toda la distribución por estar mojada de aceite, les dije que hacía sólo 20000 km que se había sustituido, si se podía limpiar y montar. Me notificaron que sin cambiar la distribución no podía salir del taller ya que era demasiado arriesgado y podría sufrir una avería seria. Al final me convencen y acepto la reparación.
Vamos a por el coche, y a menos de 2 km de salir del taller se vuelven a encender los testigos del DPF, motor y coche derrapando.
Vuelvo al taller y me comentan que las posibilidades son, primero limpiar el filtro de partículas (unos 600 €, 300 de limpieza más 3 o 4 horas para desmontar y otras tantas para montar) o cambiar el filtro de partículas (unos 1600 €).
Monto en cólera y pido una hoja de reclamación, ya que de saber desde el primer momento que tenía que realizar un gasto tan elevado no hubiese aceptado las reparaciones del retén y la distribución (1500 €), factura que pagué religiosamente.
Al final hablando con el personal de atención al cliente me convencieron de NO reclamar y me dieron las alternativas de comprar un coche de las marcas que gestiona Moll Motors y ellos asumían el coste de la factura o reparar haciéndose cargo de la mitad de la factura.
Como no nos convenció ningún modelo (sí el Mazda3, pero no había opción hasta febrero del año que viene) optamos por la limpieza del filtro de partículas que nos dijeron (sin presupuesto, de viva voz, soy muy pardillo) unos 600 €.
Después de 3 semanas y muchas llamadas de teléfono consigo hablar con el encargado de taller y me comenta que realizada la limpieza seguía dando errores, que lo siguiente era cambiar sensores y sonda lambda, unos 1600 € más, y si no todo el sistema de filtro de partículas (miles de euros más).
Por supuesto ya no acepto más reparaciones, voy a por el coche y de los 600 € que me dijo que costaría y que ellos se hacían cargo de la mitad de la factura, al final sube a más de 530 € (con el descuento). Por supuesto discutí este nuevo gasto porque yo pensaba en 300 € y después de mucho discutir lo dejaron en 457 € que por supuesto he pagado. Encima de haber pagado casi 2000 € y estar el coche como al principio (se encienden las mismas luces, he realizado fotos para demostrar y puedo enseñar todas las facturas pagadas) el señor de atención al cliente y el jefe de taller me miraban mal por reclamar tanto (y eso que no realicé la hoja de reclamaciones, tan solo expongo el caso).
Ahora tengo el coche en casa con los mismos fallos (me refiero a los testigos del cuadro de mandos) con los que empecé esta pesadilla.
Si Mazda quiere ser una marca premium deberá empezar por tener mejor servicio técnico, mi sensación es que desde el principio no han sabido dar con la avería y ha provocado un cliente insatisfecho con el taller, la marca y un coche sin reparar después de haber gastado casi 2000 € en facturas. Nunca más servicio técnico de Moll Motors.