rubielos
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- e|SKYACTIV-X 2.0 186 AT
Hola a todos.
Tras casi 2 meses y cerca de 2.000 km, me dispongo a hacer una breve reseña del modelo referenciado en el título.
Vengo de un Mazda3 mk4 SKYACTIV-G 122 manual adquirido en 2019 y, aprovechando la flexiopción, lo cambié por este otro. Llevo con él desde el día 2 de junio.
Motor
La parte más controvertida y la que más dudas me generaba. Debo empezar siendo honesto y decir que, por una serie de circunstancias, me "tiré a la piscina" y lo encargué sin llegar a probarlo. Solicité la prueba, pero el concesionario no disponía de ninguna unidad en ese momento y me ofrecieron un CX-30 SKYACTIV-X 180 con cambio automático. Me lo prestaron un día entero (de 10 mi comercial, como siempre). Me sirvió para sacar dos conclusiones: el motor no me gustó y el cambio automático, sí.
Pero por todo lo que venía leyendo del nuevo 186 y la opinión de primerísima mano de gente pasó del 122 al 186 (habiendo probado el 180), decidí no demorarlo más y pedirlo.
Después de un muy breve periodo de rodaje (1000-1200 km), ya le he dado algo de "rienda suelta" en varias ocasiones. He hecho un par de rutas y varios viajes por autovía.
El motor es claramente bipolar, tiene dos caras, dos personalidades bien diferenciadas: hasta 4000 rpm y a partir de 4000 rpm. Por debajo de esas 4000 rpm se siente lleno pero es tranquilo y progresivo. Por encima cambia completamente, se estira hasta el corte con mucha celeridad, cambia el tono, el empuje... todo. Y se nota mucho porque cuando aceleras desde abajo (pisotón a 2000 ó 3000 rpm, por ejemplo), justo al llegar a las 4000 rpm pega como un tirón y el motor "se encabrita". Es adictivo. Y muy distinto a como respondía el (muy) perezoso SKYACTIV-X de 180 cv.
El motor se siente claramente más rápido que el 122 (motorazo del que estaba encantado y que cundía mucho más de lo que sus modestos 122 cv pudieran hacer pensar) y te deja la agradable sensación de que hay respuesta en cualquier momento, hay una mayor reserva de potencia que permite afrontar cualquier situación de manera mucho más "sobrada" y solvente.
En cuanto a consumos, no he practicado en estos casi 2000 km conducción eficiente. Al contrario, no me corto en acelerar fuerte en incorporaciones o adelantamientos. Y por autovía, suelo llevar cruceros elevados con asiduidad. La media desde que lo saqué del concesionario es de 7.4 l/100. Pero es muy, muy fácil hacer consumos bajos con este motor (5 y pico en muchos trayectos). Por comparar, me está consumiendo alguna décima menos que el G 122... y no tiene ni 2000 km.
En cuanto al modo SPCCI, es asombroso lo mucho que aguanta en ese modo hasta pasar al modo por chispa. Si le pisas a fondo por debajo de 4500 rpm, sigue en SPCCI y hasta ese régimen no ves en el monitor que se apague el indicativo verde. Y puedes rodar por autovía a cruceros elevados con el SPCCI activado.
Cambio
Grata sorpresa. Vengo de manual en mis anteriores coches, pero me he hecho al automático desde el minuto uno.
No es el cambio más rápido del mundo, pero es solvente, muy suave y hace justo lo que quieres, no lo que le dé la gana a él. Interpreta muy bien lo que le pides a golpe de gas, según cuánto y cómo pises el acelerador, "lee" perfectamente la situación y hace aquello que esperas. Me gusta claramente más el modo Sport, pues al margen de lo obvio (estira más cada marcha y resulta algo más inmediato de respuesta al gas), resulta más fluido para circular en ciudad con tráfico denso o en circunvalaciones donde necesitas algo más de agilidad y, sobre todo, reduce maravillosamente bien sin necesidad de abusar del freno, como pasa con el modo normal, que deja el coche "lanzado", como en "modo inercia", y hay que pisar el freno más de la cuenta.
Y luego está el modo manual. Y la mejor noticia es que es eso: absolutamente MANUAL. Maravilloso, viendo lo que hacen la mayoría de cambios automáticos del mercado (DSG, EAT, EDC...). Aquí tomas tú las riendas y haces lo que te dé la gana: llegar al corte y aguantar la marcha sin que él solo te suba una o bajar dos de golpe sin que te bloquee la inferior porque detecta que se queda cerca del corte y no te deja. Nada de eso. Aquí es como llevar un cambio manual de toda la vida, pero sin embrague y sin soltar las manos del volante, manejando las levas detrás del mismo. Enlazando curvas en un tramo chulo de montaña es una auténtica delicia que no te frustra porque haces lo que quieres, no lo que quiere la caprichosa gestión del cambio como sucede en otras marcas.
Y luego hay otra función muy útil: combinar ambos modos, el D con el manual. Circulando en D, si por la circunstancia que sea necesitas bajar una o dos marchas, lejos de pegar pisotón y dejar que el cambio lo haga por ti, puedes agilizar la maniobra dándole directamente a la leva. También viene muy bien para usar el freno motor reduciendo marchas conforme llegas a un stop/ceda/rotonda sin abusar del freno. Y como el modo D sigue latente, enseguida vuelve él solo a tomar las riendas.
Lo dicho, muy, muy contento con el cambio automático. Por cierto, maniobrando es una auténtica delicia, sedoso a más no poder, sin tirones ni brusquedades de ningún tipo.
Resto de cosas
Aquí ya hago una reseña más genérica, sin centrarme en nada concreto como en los anteriores apartados que para mí eran novedad (motor y cambio).
El modelo 2022 es básicamente el mismo que el 2019. Cambian los pilotos traseros, el "secuanciado" de los intermitentes (todos, los 6), que ahora lleva los servicios conectados con una app mucho más completa y útil, y un reajuste de la suspensión (no recuerdo si sólo la trasera o la de ambos ejes).
Lo que he notado en este tiempo es que, efectivamente, el coche es más cómodo y filtra mejor, que la insonorización es prácticamente igual pero con asfalto rugoso/deteriorado juraría que se filtra algo más de ruido de rodadura en el tren trasero (¿habrán ahorrado en material aislante?), que el tren trasero se siente algo más sujeto en apoyos fuertes y que los ajustes no han mejorado: mi unidad, de hecho, ha salido con algún grillo de fábrica que no tenía en mi anterior G 122 de 2019.
Creo que el símil piel de la consola central, incluido el apoyabrazos, se percibe menos "fino" pero más "resistente" que el del 2019. Me di cuenta desde el principio y lo valoré como algo negativo, pero creo que todo lo contrario: tiene pinta de resistir mejor el paso del tiempo.
Y creo que eso es todo.
Ah! Se me olvidaba la dirección!! Como ya comprobé en anteriores ocasiones que llevé un 3/CX-30 automático, la dirección tiene un punto más de firmeza que con el cambio manual. Tiene más "peso" en su tacto, lo cual a priori me gusta más. Yo lo achaco a que las versiones con cambio automático pueden llevar nivel 2 de conducción autónoma con el paquete Safety y ello implica un motor eléctrico con distinto tarado para guiar el coche de manera autónoma. Pero he comprobado que, al menos en autovía, la dirección no es tan milimétricamente precisa como lo era en mi anterior G 122 con cambio manual, no "fluye" de manera tan "natural" como lo hacía aquella. Ya digo, sólo lo he percibido en grandes curvones por autovía. En carreteras reviradas de montaña va igual de bien y se agradece ese puntito extra de firmeza.
Los frenos van exactamente igual: me encantan por tacto porque son magníficamente dosificables (nada de esos frenos sobreasistidos que clavan en cuanto los acaricias), pero para mi gusto les falta un pelo de mordiente.
Es pronto aún para sacar conclusiones definitivas. Ya os digo, no llega ni a dos meses ni a 2000 km. De hecho, todo el mundo coincide en que a este motor le sienta especialmente bien el paso de los km (más que a un atmosférico tradicional, como el propio G 122) y que cuando se "suelte", sorprende para bien.
Espero que la lectura se os haga amena y podéis preguntarme cuanto necesitéis saber.
Un saludo!
Tras casi 2 meses y cerca de 2.000 km, me dispongo a hacer una breve reseña del modelo referenciado en el título.
Vengo de un Mazda3 mk4 SKYACTIV-G 122 manual adquirido en 2019 y, aprovechando la flexiopción, lo cambié por este otro. Llevo con él desde el día 2 de junio.
Motor
La parte más controvertida y la que más dudas me generaba. Debo empezar siendo honesto y decir que, por una serie de circunstancias, me "tiré a la piscina" y lo encargué sin llegar a probarlo. Solicité la prueba, pero el concesionario no disponía de ninguna unidad en ese momento y me ofrecieron un CX-30 SKYACTIV-X 180 con cambio automático. Me lo prestaron un día entero (de 10 mi comercial, como siempre). Me sirvió para sacar dos conclusiones: el motor no me gustó y el cambio automático, sí.
Pero por todo lo que venía leyendo del nuevo 186 y la opinión de primerísima mano de gente pasó del 122 al 186 (habiendo probado el 180), decidí no demorarlo más y pedirlo.
Después de un muy breve periodo de rodaje (1000-1200 km), ya le he dado algo de "rienda suelta" en varias ocasiones. He hecho un par de rutas y varios viajes por autovía.
El motor es claramente bipolar, tiene dos caras, dos personalidades bien diferenciadas: hasta 4000 rpm y a partir de 4000 rpm. Por debajo de esas 4000 rpm se siente lleno pero es tranquilo y progresivo. Por encima cambia completamente, se estira hasta el corte con mucha celeridad, cambia el tono, el empuje... todo. Y se nota mucho porque cuando aceleras desde abajo (pisotón a 2000 ó 3000 rpm, por ejemplo), justo al llegar a las 4000 rpm pega como un tirón y el motor "se encabrita". Es adictivo. Y muy distinto a como respondía el (muy) perezoso SKYACTIV-X de 180 cv.
El motor se siente claramente más rápido que el 122 (motorazo del que estaba encantado y que cundía mucho más de lo que sus modestos 122 cv pudieran hacer pensar) y te deja la agradable sensación de que hay respuesta en cualquier momento, hay una mayor reserva de potencia que permite afrontar cualquier situación de manera mucho más "sobrada" y solvente.
En cuanto a consumos, no he practicado en estos casi 2000 km conducción eficiente. Al contrario, no me corto en acelerar fuerte en incorporaciones o adelantamientos. Y por autovía, suelo llevar cruceros elevados con asiduidad. La media desde que lo saqué del concesionario es de 7.4 l/100. Pero es muy, muy fácil hacer consumos bajos con este motor (5 y pico en muchos trayectos). Por comparar, me está consumiendo alguna décima menos que el G 122... y no tiene ni 2000 km.
En cuanto al modo SPCCI, es asombroso lo mucho que aguanta en ese modo hasta pasar al modo por chispa. Si le pisas a fondo por debajo de 4500 rpm, sigue en SPCCI y hasta ese régimen no ves en el monitor que se apague el indicativo verde. Y puedes rodar por autovía a cruceros elevados con el SPCCI activado.
Cambio
Grata sorpresa. Vengo de manual en mis anteriores coches, pero me he hecho al automático desde el minuto uno.
No es el cambio más rápido del mundo, pero es solvente, muy suave y hace justo lo que quieres, no lo que le dé la gana a él. Interpreta muy bien lo que le pides a golpe de gas, según cuánto y cómo pises el acelerador, "lee" perfectamente la situación y hace aquello que esperas. Me gusta claramente más el modo Sport, pues al margen de lo obvio (estira más cada marcha y resulta algo más inmediato de respuesta al gas), resulta más fluido para circular en ciudad con tráfico denso o en circunvalaciones donde necesitas algo más de agilidad y, sobre todo, reduce maravillosamente bien sin necesidad de abusar del freno, como pasa con el modo normal, que deja el coche "lanzado", como en "modo inercia", y hay que pisar el freno más de la cuenta.
Y luego está el modo manual. Y la mejor noticia es que es eso: absolutamente MANUAL. Maravilloso, viendo lo que hacen la mayoría de cambios automáticos del mercado (DSG, EAT, EDC...). Aquí tomas tú las riendas y haces lo que te dé la gana: llegar al corte y aguantar la marcha sin que él solo te suba una o bajar dos de golpe sin que te bloquee la inferior porque detecta que se queda cerca del corte y no te deja. Nada de eso. Aquí es como llevar un cambio manual de toda la vida, pero sin embrague y sin soltar las manos del volante, manejando las levas detrás del mismo. Enlazando curvas en un tramo chulo de montaña es una auténtica delicia que no te frustra porque haces lo que quieres, no lo que quiere la caprichosa gestión del cambio como sucede en otras marcas.
Y luego hay otra función muy útil: combinar ambos modos, el D con el manual. Circulando en D, si por la circunstancia que sea necesitas bajar una o dos marchas, lejos de pegar pisotón y dejar que el cambio lo haga por ti, puedes agilizar la maniobra dándole directamente a la leva. También viene muy bien para usar el freno motor reduciendo marchas conforme llegas a un stop/ceda/rotonda sin abusar del freno. Y como el modo D sigue latente, enseguida vuelve él solo a tomar las riendas.
Lo dicho, muy, muy contento con el cambio automático. Por cierto, maniobrando es una auténtica delicia, sedoso a más no poder, sin tirones ni brusquedades de ningún tipo.
Resto de cosas
Aquí ya hago una reseña más genérica, sin centrarme en nada concreto como en los anteriores apartados que para mí eran novedad (motor y cambio).
El modelo 2022 es básicamente el mismo que el 2019. Cambian los pilotos traseros, el "secuanciado" de los intermitentes (todos, los 6), que ahora lleva los servicios conectados con una app mucho más completa y útil, y un reajuste de la suspensión (no recuerdo si sólo la trasera o la de ambos ejes).
Lo que he notado en este tiempo es que, efectivamente, el coche es más cómodo y filtra mejor, que la insonorización es prácticamente igual pero con asfalto rugoso/deteriorado juraría que se filtra algo más de ruido de rodadura en el tren trasero (¿habrán ahorrado en material aislante?), que el tren trasero se siente algo más sujeto en apoyos fuertes y que los ajustes no han mejorado: mi unidad, de hecho, ha salido con algún grillo de fábrica que no tenía en mi anterior G 122 de 2019.
Creo que el símil piel de la consola central, incluido el apoyabrazos, se percibe menos "fino" pero más "resistente" que el del 2019. Me di cuenta desde el principio y lo valoré como algo negativo, pero creo que todo lo contrario: tiene pinta de resistir mejor el paso del tiempo.
Y creo que eso es todo.
Ah! Se me olvidaba la dirección!! Como ya comprobé en anteriores ocasiones que llevé un 3/CX-30 automático, la dirección tiene un punto más de firmeza que con el cambio manual. Tiene más "peso" en su tacto, lo cual a priori me gusta más. Yo lo achaco a que las versiones con cambio automático pueden llevar nivel 2 de conducción autónoma con el paquete Safety y ello implica un motor eléctrico con distinto tarado para guiar el coche de manera autónoma. Pero he comprobado que, al menos en autovía, la dirección no es tan milimétricamente precisa como lo era en mi anterior G 122 con cambio manual, no "fluye" de manera tan "natural" como lo hacía aquella. Ya digo, sólo lo he percibido en grandes curvones por autovía. En carreteras reviradas de montaña va igual de bien y se agradece ese puntito extra de firmeza.
Los frenos van exactamente igual: me encantan por tacto porque son magníficamente dosificables (nada de esos frenos sobreasistidos que clavan en cuanto los acaricias), pero para mi gusto les falta un pelo de mordiente.
Es pronto aún para sacar conclusiones definitivas. Ya os digo, no llega ni a dos meses ni a 2000 km. De hecho, todo el mundo coincide en que a este motor le sienta especialmente bien el paso de los km (más que a un atmosférico tradicional, como el propio G 122) y que cuando se "suelte", sorprende para bien.
Espero que la lectura se os haga amena y podéis preguntarme cuanto necesitéis saber.
Un saludo!
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