Buenas tardes:
A mí me ha sucedido algo muy semejante a ti, Altross. En lo sustancial, es casi idéntico (a excepción del fallo inicial de batería, el resto es calcado). Después de dos actualizaciones en febrero-marzo, todo iba perfectamente: los sensores en su sitio, la cámara trasera mejorada, aviso sonoro en caso de tráfico cruzado trasero, el i-stop a las mil maravillas, la potencia del auto bien controlada en las aceleraciones por autovía (algo que de veras mejoró mucho, pues antes se revolucionaba como un bronco desbocado si le dabas al "Reset" del control de crucero), en fin, todo muy satisfactorio.
Hace una semana, más o menos, empecé a notar que el piloto que hay junto a la D, en el velocímetro central (el mío tiene transmisión automática y veo una D en el modo automático total), en lugar de verde, al arrancar ese piloto se ponía primero en blanco y, después de haber conducido un rato, entonces ya cambiaba a verde. Desde las actualizaciones, ese piloto, nada más arrancar, se ponía en verde. Me llamó la atención, pero no le di mayor importancia, la verdad. Entonces llegaron los fallos del i-stop: tan pronto funcionaba como dejaba de hacerlo. En la pantalla LCD dejé fijo el esquema de alimentación del motor eléctrico y el uso del motor, para así controlar si el i-stop estaba "Preparado" o no. Pues bien, de modo totalmente aleatorio, estaba o no estaba preparado, sin motivo alguno de velocidad, motor a su temperatura, ni ningún otro criterio. Así unos cuantos días, funcionando o no según le apeteciese a él.
El viernes por la mañana llamé al garaje del concesionario donde había comprado el coche (en otra ciudad distinta de esta en la que vivo), y me dijeron, a propósito de los fallos del i-stop, que seguro que se debía a que había tenido el coche parado durante mucho tiempo. Error: lo uso a diario, para ir a trabajar, además de otros viajes diversos. Cuando oyó eso, el mecánico dijo que ya no sabía qué podía ser, que lo llevara por allí. Me dieron cita para la semana siguiente y así quedó la cosa.
La tarde del sábado el i-stop dejó de funcionar al completo, pero el coche me dejó ir a hacer unas compras. Por la noche, sin embargo, cuando volví a coger el coche, salió el fatídico mensaje en el velocímetro: "Funcionamiento incorrecto del motor. Solicite asistencia", además del piloto con el icono del motor en la parte izquierda, en color naranja. Apagar y encender el coche no cambió nada, de modo que, como aún estaba en el garaje, a punto de subir la rampa de salida a la calle, preferí devolverlo a mi plaza.
A la mañana siguiente, es decir, el domingo, llamé a Asistencia de Mazda, que te atienden 24 horas al día. Además de tomarme los datos correspondientes, al rato me llamó un técnico y, después de relatarle lo que había sucedido, le leí también la entrada que había escrito Altross en septiembre (curioso que él dice que compró su Mazda 3 en julio del 19 y su fallo ocurrió en septiembre del 20; yo lo compré en agosto del 19 y mi fallo se ha producido en octubre del 20, con un mes de diferencia entre ambas situaciones; quizá sea una coincidencia, o quizá no), y el técnico de Mazda quiso saber si el coche había perdido fuerza o daba tirones. Respuesta negativa a ambas preguntas. Me sugirió llevarlo al concesionario de mi ciudad (distinto del que me lo había vendido, pero esa es la política de Asistencia Mazda: hay que llevarlo al concesionario más cercano al lugar donde ha ocurrido la avería), pero le comenté que no me atrevía a mover un coche con un mensaje así, a pesar de que todo parecía estar en orden y que se trataba, como en el caso de Altross, de un fallo informático, de modo que al final me mandarán una grúa para que me lo lleve mañana martes, 13/10.
Y, ahora, una reflexión. Aun sin haber enchufado el coche al programa de diagnóstico, todo parece indicar que se trata del mismo asunto que lo que le sucedió al coche de Altross. Quizá me estoy adelantando, pero si el fallo se debe a un problema informático que (como indica Altross, le han dicho en su concesionario que afecta solo a algunas unidades), no me parece serio que una marca con el caché de Mazda no se haya preocupado de avisar a los propietarios de esas unidades afectadas (yo diría que son fácilmente identificables con los bastidores correspondientes) con la antelación suficiente como para llevar el coche al taller y que apliquen, de antemano, la actualización de marras. Es decir, que no haya que esperar a que el coche falle para actualizar el software. Esto lo comparto en el foro porque se da la circunstancia de que, al final, tal como están las cosas sanitarias, mi familia y yo habíamos decidido no hacer el viaje que teníamos programado para este largo fin de semana del 12 de octubre. Pero, en principio, íbamos a salir a visitar unos cuantos pueblos jienenses, es decir, a varios cientos de kilómetros de nuestra casa. Si esta avería se hubiera producido estando allí, puedo imaginar que el fastidio habría sido enorme, en fin de semana, con todo cerrado. Y el coche, según la Asistencia de Mazda, tendría que llevarse al concesionario más cercano donde se habría producido la avería, supongo, entonces, que en Jaén (he buscado en la página de Mazda los concesionarios y allí tienen uno), con lo que me tocaría tener que ir a buscarlo después, una vez reparado. Es cierto que Mazda paga el viaje hasta el concesionario para ir a buscar el coche (lo sé porque esta es la segunda vez que tengo que usar la Asistencia de Mazda), pero esa no es la cuestión: la cuestión es el trastorno que produce semejante desplazamiento, además de habernos estropeado el fin de semana, con cancelaciones de reservas en el último momento, y un largo etcétera. Ni que decir tiene que, al menos mañana --y quién sabe cuántos días más-- estaré sin coche para ir al trabajo. Es decir, más inconvenientes que se suman al enfado generalizado.
Este es el segundo Mazda que compro. El otro (un Protegé, que es como se llamaba al que siguió al 323) lo tuve desde 2001 hasta 2004, mientras vivíamos en Chicago, y lo vendí porque volvimos a España, pero me dejó un sabor de boca estupendo. Tal es así que, después de tener otro coche de otra marca (lo compré de esa otra marca porque era la única que me vendía en esas fechas un coche de esta gama con transmisión automática sin tener que esperar medio año a que lo fabricaran), que tampoco me dio problemas hasta que lo jubilamos el año pasado con 300.000 km, me fui de cabeza a comprar otro Mazda. En poco más de un año he tenido que solicitar Asistencia Mazda en dos ocasiones: la primera porque el taller donde me pintaron un rozón que me hizo un vecino al aparcar acabó con una mala reinstalación de los sensores traseros, lo cual provocaba que todos, traseros y delanteros, se volvieran locos al aparcar o cuando me adelantaba otro coche, etc. Y ahora esta otra vez, con un fallo que, a mi entender, se podía haber evitado si Mazda hubiera estado sobre aviso. No sé si es responsabilidad de Mazda Japón o Mazda Madrid o de quién, pero alguien tenía que saber que hay una actualización que aplicar a una serie de unidades que lo necesitan. Si no lo han hecho, muy mal por su parte. Tan mal, de hecho, que este tipo de experiencias es lo que provoca que un cliente como yo, que ha comprado dos coches a esta marca, se haya planteado seriamente si vender el que tiene ahora ya mismo, aunque no lo haya terminado de pagar. Si me va a dar problemas como este en el futuro, cercano o lejano, olvídate: para mí el coche, por bellísimo que sea y por muchas cabezas que se vuelvan cuando lo conduzco por la calle, no deja de ser un elemento que me facilita la vida, no que me la complica. Así que, si no vendo este, que entra dentro de lo posible, mucho se me tiene que pasar el cabreo para volver a comprar otro Mazda, ni 3, ni 6, ni nada. Una pena, porque está claro que el coche es extraordinario --a mi juicio--, pero no puede ser que se provoque este tipo de situación al propietario de un coche. Así pienso decírselo a los de Asistencia de Mazda cuando vuelvan a llamarme. Pero, en fin, todo depende de que, claro está, la avería se deba al motivo que Altross describió y que, de momento, es casi calcado con lo que a mí me sucede.
To be continued...