Jaja este hilo es buenísimo, premium si, premium casi, al final lo comparamos con el Focus y resulta que es peor y bastante más caro además.....
Parece que el Focus ha cobrado protagonismo en este hilo...
Os cuento mi experiencia: cuando decidí cambiar de coche, a finales de 2018, coincidió con la salida al mercado del nuevo Focus, el cual me entró por el ojo y siempre me ha atraído la dinámica de conducción de Ford. Los motores de 3 cilindros no suponían rechazarlo de facto como mucha gente hace, de hecho me atraía especialmente el nuevo 1.5 EcoBoost (su versión de 150 CV era mi objetivo, pues en un principio me planteé el cambio automático y sólo estaba disponible, al inicio de la comercialización, con el 150 CV y no con la versión de 182 del mismo motor).
Bien, lo probé hasta en dos ocasiones distintas, dos unidades distintas en días distintos y concesiones distintas. Iba convencidísimo de que me iba a encantar y de cerrar la operación en breve (pedí precio hasta en varias regiones). Pero la realidad fue bien distinta...
De primeras, el interior me dejó absolutamente frío por todo: diseño, presentación, materiales, acabados, postura al volante, asientos.... Todo me pareció muy mejorable y no noté el salto cualitativo que esperaba respecto a mi entonces actual coche (con más de 14 años). La pobre calidad de acabados la podría perdonar si todo lo demás me convencía, pero no fue así. Los asientos (siendo un acabado St-Line las dos unidades que probé) los noté muy flojos por confort y agarre, muy "básicos", la postura al volante tampoco me convenció, la palanca de cambios en la versión manual quedaba muy baja... Pero lo peor y lo que más me decepcionó fue algo en lo que daba por hecho que Ford lo bordaría: el tacto de conducción.
El nuevo Focus está hiperasistido, como la inmensa mayoría de coches modernos, con un tacto de dirección absolutamente artificial que no transimitía nada (aunque es rápida, eso sí) y un pedal de freno de esos tipo interruptor, que lo acaricias y clava. Horrible. Es el tipo de tacto del que yo huyo y que, tristemente, cada vez está más generalizado.
Probé otros coches por entonces, pero ninguno me convenció y la cosa se enfrió unos meses hasta que salió el nuevo Mazda3. Concerté cita, lo vi, lo probé y me lo llevé. Es absolutamente otra historia, sin más.